Uso de amalgamas y su relación con enfermedades sistémicas

La amalgama dental ha sido uno de los materiales de restauración más utilizado en odontología para la reconstrucción de estructuras dentales, su elección se ha dado debido a sus propiedades mecánicas, estabilidad, manipulación, aplicación y bajo costo. Dentro de su composición contiene: 50% Hg (mercurio), 12% Cu (cobre), 15% Sn (estaño), 20% Ag (plata) y 3% Zn (zinc). 

Para su preparación se requiere una mezcla de la cápsula de amalgama (que viene previamente llena con los componentes mencionados en el párrafo anterior) en un equipo amalgamador para adquirir el estado sólido; durante la mezcla se comienzan a formar fases sólidas y posteriormente conlleva al endurecimiento o fraguado del material.

A pesar de ser un material muy usado en la rama de la odontología, su gran porcentaje de composición en mercurio ha hecho que se genere gran controversia por uso, de hecho se han realizado diversos estudios en relación con la gran cantidad de efectos adversos que podría generar en la salud humana y el medio ambiente. 

Toxicidad

Se ha encontrado que el mercurio tiene la capacidad de traspasar la barrera hematoencefálica, generando una alta concentración de este compuesto en el sistema nervioso central y periférico, aunque también puede llegar a concentrarse en hígado, riñones, glándulas salivales, testículos e intestino; también se ha relacionado con depresión del sistema inmunológico al formar antígenos, por tanto, se le relaciona con enfermedades autoinmunes como lupus eritematoso, Alzheimer, epilepsias, Parkinson, esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, entre otras. 

Además, desde hace muchos años se ha puesto en duda la toxicidad que pueden generar las amalgamas dentales, debido a que estas restauraciones producen vapores de mercurio que son absorbidos en un 80-90% en el cuerpo humano, se acumulan en el sistema nervioso central donde se oxidan y generan toxicidad.

Por esta razón, algunos países y personal de la salud consideran el uso de restauraciones dentales en amalgama un riesgo a la salud debido a su alto componente de mercurio, el cual comienza a vaporizarse a través del proceso de masticación, donde la producción de vapores aumenta hasta seis veces generando toxicidad; el 50% del mercurio presente en las restauraciones en amalgama puede liberarse durante 10 años dada la corrosión que se genera durante este tiempo por los procesos masticatorios, hábitos alimenticios, hábitos dentales como bruxismo, entre otros. 

Un poco de historia sobre la controversia de su uso

1833 a 1845: en el año 1833 inició la controversia sobre el uso de la amalgama y la toxicidad que generaba en los seres humanos; en 1845 se prohibió el uso de amalgamas a los miembros de la asociación americana de cirujanos dentales (ASDS) debido a los daños que causa en la salud de los pacientes. 

1922 a 1926: se comienzan investigaciones en las que se evidencian los efectos adversos que causa en la salud la amalgama dental, desde ese momento, se realizan diferentes estudios en donde algunos defienden y otros atacan el uso de la amalgama en el consultorio dental.

El científico alemán Alfred Stock acuñó el término micromercurialismo a las enfermedades causadas por el mercurio de la amalgama y las dividió en 3 categorías:

– Primer grado: cuando se presenta disminución de la capacidad de trabajo, cansancio progresivo e irritación nerviosa leve

De segundo grado: cuando se presenta inflamación de las mucosas nasales, disminución de la memoria, disminución de la autoestima, irritabilidad, cefaleas y síntomas de resfriado

De tercer grado: cuando los síntomas se parecen a las intoxicaciones agudas con mercurio como: cefalea, debilidad generalizada, insomnio, disminución de las facultades intelectuales, depresiones, diarrea, sensación de compresión cardiaca y temblores.

1973: se publican estudios sobre envenenamiento crónico por amalgama en pacientes y trabajadores de la salud oral.

1979 a 1981: se realizan estudios donde se evidencia la liberación de mercurio de estas restauraciones tras procesos masticatorios, cepillado dental e ingestión de bebidas calientes.

1987: se encontraron restos de mercurio en zonas del cerebro de personas que murieron por muerte súbita, y la cantidad encontrada, se relaciona con la cantidad de restauraciones en amalgama que tenían en su boca. 

2000: en Suecia se prohíbe el uso de amalgamas en infantes, mujeres en estado de gestación y personas con enfermedad renal.

2008: en Noruega, Dinamarca y Suecia se prohíbe el uso de amalgama por las afecciones que genera a la salud humana. 

2018: el Congreso de Colombia aprobó el Convenio de Minamata mediante la Ley 1892 de mayo de 2018, donde limita y pone término a las importaciones de mercurio, que deberá dejarse de importar desde julio de 2023; de igual manera decretó eliminar el uso de la amalgama dental en el país, sin embargo, para esta última decisión no tuvo en cuenta la opinión de la academia dental lo que  ha generado gran controversia en el sector odontológico. 

Actualmente, en seis estados de EE.UU. se solicita un consentimiento informado diligenciado por cada paciente que acepte realizarse restauraciones en amalgama y en Canadá, Japón y Alemania está prohibido el uso de amalgamas en mujeres embarazadas, en infantes y personas con problemas neurológicos.

Estos son algunos estudios recientes

Diferentes organizaciones médicas, como la Asociación de Alzheimer, la Academia Americana de Pediatría, la Sociedad de Autismo de América, la Fundación Americana de Lupus, la Clínica Mayo y la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, han realizado diversos estudios con el fin de encontrar relación entre el utilización de las amalgamas dentales y diferentes enfermedades sistémicas como síndromes neurológicos, autoinmunes, degenerativos y psicológicos; estos estudios no arrojaron relación entre las enfermedades mencionadas y el uso de la amalgama dental. 

En Australia se han realizado estudios donde demuestran que la cantidad de mercurio encontrada en el organismo está relacionada con el número de restauraciones en amalgama, el área de superficie dental restaurada con este material (en especial si presenta una carga dental alta como en los molares), bruxismo o apretamiento dental, uso de gomas de mascar, técnica incorrecta de cepillado dental, etc., ya que estos factores hacen que el mercurio existente en la amalgama comience a liberarse; se encontró que las cantidades liberadas y absorbidas de mercurio oscilan entre 2 y 5μg/día para un adulto promedio. 

A pesar de que se han encontrado concentraciones de mercurio en sangre y orina en personas que presentan restauraciones en amalgama, estas son muy reducidas y no representan diferencias en las funciones orgánicas antes y después de la remoción de la restauración, además de tener poca evidencia que la relacione con efectos adversos para la salud, no obstante, han recomendado realizar seguimiento a grupos más susceptibles, como personas con antecedentes médicos personales, partiendo del principio toxicológico. 

Personal de salud odontológico

No solo se han realizado estudios en las personas portadoras de restauraciones en amalgamas dentales, sino también, en profesionales en odontología y auxiliares de odontología, debido a que se ha evidenciado la inhalación de partículas de mercurio durante la manipulación de este material y el contacto al momento de removerlas de las estructuras dentales, sin embargo, estos resultados no arrojaron diferencias significativas en la concentración de mercurio relacionado con el tiempo de exposición y su manipulación.  

De igual manera, se han creado terapias para utilizar durante la remoción de este tipo de restauraciones y la manipulación del material, entre las que se encuentran el uso de agentes quelantes como el zinc, la vitamina C y antioxidantes con el fin de reducir la carga corporal de mercurio y protocolos como el uso de elementos de protección personal entre otras normas higiénicas y control de vapores de mercurio en el consultorio para reducir la exposición a este compuesto. 

El futuro de la amalgama

Aún se encuentra en controversia el uso de la amalgama y se continúan realizando diversos estudios para definir si este material se correlaciona con enfermedades sistémicas autoinmunes como lupus eritematoso, liquen plano, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, endometriosis, Alzheimer, depresión, alergias, trastornos renales, epilepsias, parálisis, migrañas, Parkinson, esclerosis múltiple, entre otros.

No obstante, en muchos países se ha prohibido el uso de la misma en la población más susceptible, como niños, mujeres en estado de gestación y personas con problemas cardíacos o neurológicos. 

Se recomienda continuar realizando seguimiento a las personas portadoras de este tipo de restauraciones y que presentan patologías médicas, además de considerar utilizar otras alternativas restauradoras en personas con mayor susceptibilidad (niños, mujeres en estado de gestación, personas inmunosuprimidas, con problemas neurológicos, entre otros). 

En Sculapp encuentras cursos especialmente dirigidos a profesionales en odontología, donde podrás potenciar las habilidades más demandadas en la actualidad, ¡Conoce aquí nuestra escuela de Odontología y comienza tu prueba gratuita!

Referencias

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

© 2023 Sculapp. Transformamos el aprendizaje de los profesionales de la salud.

Whatsapp Sculapp
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?