La alimentación complementaria, también conocida como alimentación sólida o alimentación complementaria diversificada, es el proceso de introducir alimentos diferentes a la leche materna o la fórmula infantil en la dieta de un bebé a partir de los seis meses de edad. Hasta esta etapa, los lactantes obtienen todos los nutrientes que necesitan a través de la leche materna o la fórmula.

Desde la primera hora del nacimiento del bebé y hasta los seis meses de edad, debe ser alimentado exclusivamente con leche materna, no necesita ningún otro alimento, ni siquiera agua. La leche materna es un alimento tan poderoso que provee todos los nutrientes que el paciente pediátrico requiere para desarrollarse plenamente y crecer sano.

Al cumplir los primeros seis meses, la lactancia materna exclusiva deja de ser suficiente para atender sus necesidades nutricionales y es necesario comenzar a incluir nuevos alimentos complementarios en su dieta. De hecho, es solo hasta ese momento que el organismo del bebé tendrá la madurez necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal, inmunológico, para tolerar la ingesta de alimentos diferentes a la leche materna, adicionalmente adquiere las destrezas psicomotoras que permiten manejar y tragar de forma segura los alimentos. Como cualquier otro hito del desarrollo, no todos los niños lo van a adquirir al mismo tiempo, aunque en general estos cambios suelen ocurrir en torno al sexto mes.

Para el inicio de la alimentación complementaria se requiere:

• Presentar un interés activo por la comida.
• La desaparición del reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua).
• Ser capaz de coger comida con la mano y llevarla a la boca.
• Mantener la postura de sedestación con apoyo.

¿Cuáles son los riesgos de la introducción precoz de la alimentación complementaria?

A corto plazo:

• Posibilidad de atragantamiento.
• Aumento de gastroenteritis agudas e infecciones del tracto respiratorio superior.
• Interferencia con la biodisponibilidad de hierro y zinc de la leche materna. 
• Sustitución de tomas de leche por otros alimentos menos nutritivos. 

A largo plazo: 

• Mayor riesgo de obesidad. 
• Mayor riesgo de eccema atópico. 
• Mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 1. 
• Mayor tasa de destete precoz, con los riesgos añadidos que esto conlleva. 

¿Por qué no se debe retrasar más allá del séptimo mes la introducción de alimentos?

Se desaconseja demorar el inicio de la AC por encima de las 26 semanas de edad, ya que esto también puede generar:

• Carencias nutricionales, sobre todo de hierro y zinc.
• Aumento del riesgo de alergias e intolerancias alimentarias.
• Peor aceptación de nuevas texturas y sabores.
• Mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales.

¿Cómo se debe iniciar la alimentación complementaria?

Recomendaciones generales:

6 a 8 meses

• La frecuencia de las comidas debe ser progresiva, hasta llegar a tres comidas diarias a los 8 meses.
• Ofrecer un alimento nuevo a la vez junto con uno ya conocido cada 2 a 4 días, según la tolerancia del bebé.
• Iniciar con 4 a 6 cucharadas postreras por comida, hasta llegar gradualmente a media taza (4 onzas).
• Ofrecer comidas muy espesas tipo puré hasta que aparezca la habilidad de masticar.

9 a 11 meses

• Comenzar a ofrecer alimentos finamente picados, machacados y que el bebé pueda coger con la mano.
• Evitar aquellos que por su forma ocasionen riesgo de atoramientos como uvas, nueces o trozos grandes de zanahoria o manzanas.
• La cantidad de alimentos por comida debe ser de media taza (4 onzas).
• Ofrecer al menos 3 comidas diarias y uno o dos refrigerios de acuerdo con el apetito del bebé.

12 a 23 meses

• Continuar dando de lactar las veces que el niño o la niña quiera, después de las comidas.
• Ofrecer variedad de alimentos sólidos con diversas texturas: pueden ser picados en trozos pequeños o molidos.
• La cantidad de alimentos para la comida principal debe ser de 1 taza o plato (8 onzas).
• Ofrecer al menos 3 comidas diarias y, de acuerdo con el apetito del bebé, uno o dos refrigerios.
• No incluir productos procesados como los de paquete, bebidas azucaradas y embutidos, entre otros.

Recomendaciones generales: 

• Se debe permitir que el bebé agarre con sus propias manos los alimentos mientras come y, si es necesario, dejar que se ensucie para que experimente de forma segura las texturas, olores y sabores.
• Se recomienda ofrecer los alimentos despacio y con paciencia, animando al bebé a comer de forma amorosa y positiva.
• Al introducir un nuevo alimento, se debe ofrecer varias veces y en diferentes preparaciones para favorecer su aceptación.
• Ofrecer frutas y verduras que sean de su región de residencia y que estén en cosecha.
• Dar preferencia siempre a los alimentos preparados en casa.
• No adicionar sal, azúcar, ni condimentos a las preparaciones.
• Brindar a los bebés la diversidad de alimentos propios de su territorio.
• Incluir diariamente en las comidas una porción de alimentos de origen animal como carnes, vísceras, huevos y quesos frescos.
• No incluir carnes frías como salchichas, jamón, mortadela, salchichón, entre otros.
• El bebé debe tener su propia cuchara, vaso y plato.
• En el momento de la alimentación se recomienda evitar el uso de la televisión, teléfono y otras distracciones.
• Para el desarrollo de las niñas y los niños se deben promover actividades que involucren el juego y el movimiento.

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 BibliografíaAlimentación complementaria – Asociación Española de Pediatría. Available at: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/recomendaciones_aep_sobre_alimentacio_n_complementaria_nov2018_v3_final.pdf