La atención en salud de calidad va más allá de la pura aplicación de conocimientos técnicos; se trata de relaciones interpersonales y colaboración. Sin embargo, la escasez de habilidades blandas en muchos profesionales de la salud plantea un desafío significativo. Desde la desconexión emocional con los pacientes hasta la descoordinación en equipos, son obstáculos que resaltan la urgencia de perfeccionar competencias no técnicas para garantizar una atención integral.
Aunque es innegable que el dominio de conocimientos académicos es esencial para llevar a cabo tareas técnicas de manera precisa, no se puede subestimar el valor de las habilidades blandas en el área de la salud. Estas permiten una interacción más efectiva tanto con los pacientes y sus familias como con los colegas, generando un impacto significativo en la calidad de la atención brindada.
Si tu organización opera en el sector de la salud, es de suma importancia considerar el fortalecimiento de estos elementos en el equipo. A continuación, exploraremos cuatro habilidades blandas para los profesionales de la salud, y destacaremos por qué son esenciales para tu equipo de trabajo.
Las 4 habilidades blandas más relevantes en el sector salud
Inicialmente, queremos recordarte que las habilidades blandas tienen un enfoque más dirigido a cómo se comporta el profesional cuando trabaja con los demás, o incluso, en solitario. Desde un gesto con el paciente, hasta la entrega a tiempo de los resultados, pueden marcar la diferencia en el tipo de profesional de la salud y su rendimiento.
- Comunicación asertiva: los profesionales deben poder explicar procedimientos y tratamientos de forma comprensible para los pacientes y sus familias. Además, la disposición para escuchar y atender las necesidades y dudas de los pacientes y usuarios es valioso. Una comunicación eficaz puede influir en la satisfacción del paciente, la adherencia al tratamiento y la percepción de calidad de los servicios en salud, lo que, en última instancia, incide en la reputación y el éxito de la organización.
- Empatía: la habilidad de ponerse en el lugar de los pacientes y usuarios es valiosa para establecer relaciones significativas. La empatía no solo se traduce en un trato más humano y compasivo, sino que también mejora la retención de pacientes y la fidelización. Cuando los profesionales del sector salud demuestran empatía, los pacientes se sienten valorados y comprendidos, lo que refuerza la confianza en la organización y puede llevar a referencias positivas.
- Ética profesional: la confidencialidad, la privacidad y la toma de decisiones éticas son pilares de la atención en salud. Un solo incidente de violación de la privacidad o una mala decisión ética puede tener consecuencias legales y dañar la reputación de la organización. La ética profesional es esencial para mantener la confianza de los pacientes y la credibilidad de la empresa en el mercado.
- Inteligencia emocional: la inteligencia emocional implica la comprensión de las emociones propias y de los demás. Los profesionales de la salud con un alto nivel de inteligencia emocional tienden a manejar mejor situaciones difíciles, lo que se traduce en un servicio más efectivo y en la generación de una mayor confianza entre pacientes y colegas.
En resumen, las habilidades blandas son tan importantes para el gremio de la salud como las habilidades duras y/o clínicas. Por eso, los profesionales de la salud, deben velar siempre por fortalecerse en estos elementos que los ayudan a destacar en el gremio, avanzar en su carrera y brindar una atención de mayor calidad a los pacientes, y de la mano, contribuir al bienestar general de su lugar de trabajo y la reputación de la organización.
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